Fuerteventura
Los artículos que Miguel de Unamuno publica contra el Rey y la dictadura militar de Primo de Rivera traen como consecuencia que el 20 de febrero de 1924 sea desterrado a Fuerteventura y cesado en los cargos de vicerrector y decano que ostentaba en ese momento.
Acompañado por Rodrigo Soriano, llega a la isla el 10 de marzo, alojándose ambos en el Hotel Fuerteventura. Miguel de Unamuno extraña a los suyos pero el poco tiempo que pasa en Puerto de Cabras lo aprovechará para descansar, pasear y escribir. Disfruta del clima y la gente, que lo ha acogido de buen grado. Se hace fotografías relajado subido en un dromedario, junto a sus nuevos amigos, y se las envía a Concha para que la familia esté tranquila en Salamanca.
«El paisaje es triste y desolado —le cuenta por carta a Concha— pero tiene hermosura… la gente es excelente y hospitalaria. Esto es un verdadero sanatorio, la temperatura excelente y una eterna primavera».
Recibe además varias visitas, como la de su hijo mayor, Fernando; la argentina Delfina Molina; su traductor; y Henry Dumay, director de Le Quotidien, quien le propondrá huir a París.